sábado, 18 de agosto de 2007

clases de signos

El signo

Augusto Solórzano
Magíster en estética


Muchas son las definiciones e interpretaciones que podemos encontrar sobre el concepto de signo. Tanto en el campo de la imagen, en la lingüística, en el ámbito policíaco o en el contexto medico (por citar tan solo algunos horizontes donde éste es tema de estudio), es fácil hallar adaptaciones, recontextualizaciones e interpretaciones de antiguos conceptos que son brevemente modificados pero que, en esencia, conservan la constante de visualizar el signo como “todo aquello que se encuentra en lugar de otra cosa”.

Para que algo llegue a ser considerado como signo es necesario que exista un interpretante o, lo que es lo mismo, un lector que le imprima un significado a un determinado signo. En otras palabras, podríamos decir que nada es signo de algo, si alguien no lo interpreta así. Para entenderlo mejor, recurramos al típico caso de cuando hemos salido de paseo al campo y nos encontramos frente a una gigantesca piedra a un lado del camino. Para nosotros, quienes somos ajenos a ese contexto rural, dicha piedra puede ser un simple objeto curioso del paisaje que logra llamar nuestra atención, pero, para quien vive su cotidianidad allí, la misma piedra
puede “indicar” un limite entre dos regiones, el inicio de un terreno baldío, un lugar ceremonial o cualquier otra cosa que pueda llegar a ser significativa sin que nosotros lo sepamos. Así, mientras para los habitantes de la región, la piedra constituye un signo importante, para nosotros ésta resulta ser una simple curiosidad del paisaje.

Llamamos significación al proceso mediante el cual, cualquier objeto, ser, idea, noción, concepto o acontecimiento se convierte en un vehículo que permite asociar a algo la posibilidad de evocar un signo o, también de que ese algo pueda llegar a ser evocado como signo. La significación es el concepto central a partir del cual se organiza toda la teoría semiótica. Por significación también podríamos entender la producción de sentido y de igual forma, el sentido producido que se presenta en toda actividad cognoscitiva que el ser humano enfrenta en la vida diaria.

La significación está presente en todos aquellos procesos de trasmisión de mensajes que nos permiten comunicarnos con los demás seres humanos y también entender los fenómenos del mundo. Por ejemplo, de la simple observación de una nube negra en el firmamento podemos asociar o inferir dos tipos de experiencias: la nube negra como tal y la lluvia que sin duda se aproxima. De lo anterior, cabe señalar que en este proceso se presentan dos tipos de experiencia muy distintos: la primera, que al observar la nube negra enfrentamos una experiencia vivida y, la segunda, que la lluvia que ésta nos indica, es una experiencia referida.


Cuando se habla de signo natural el interpretante descubre la relación entre el vehículo (realidad del signo) y un referente específico. Por ejemplo cuando alguien dice que la nube es signo de lluvia, afirma la relación entre la nube y la lluvia que el o ella descubrió a través de su experiencia.

En la naturaleza existe un sin fin de fenómenos a los que el hombre les ha atribuido el valor de signo. A través de su facultad semiótica éste se dio a la tarea de significar en la natural todo aquello cuanto le rodea, o sea, transformar a su universo externo e interno en signos. Modificando el entorno el hombre es capaz de trasformar la naturaleza en el más grande objeto del conocimiento. De allí es que surgen los signos naturales, una categoría sígnica, en la cual, los signos no están hechos específicamente para comunicar sino más bien para que un interpretante descubra o interprete algo de ellos tal como ocurre en el caso de los síntomas.

En la utilización de las técnicas, así como también en la configuración de las ciencias los signos naturales han sido y seguirán siendo fundamentales a la hora de estructurar el pensamiento colectivo.

Y a si como existen signos que el hombre descubre y aprende a descifrar en el entorno que le rodea hay otros tantos que el hombre ha inventado afín de modificar el comportamiento dentro de la sociedad. Esta última categoría se conoce como signos convencionales o causales, éstos son signos acordados por las comunidades para lograr un objetivo o un cambio de comportamiento en el interpretante. Bajo este tipo de signos se clasifican las señales que, a su vez, pueden ser causales o indicadoras.







Detengámonos en cada una de ellas para entenderlo mejor:
Las señales causales son todas a aquellas que tienen una intención específica de comunicar o informar algo de manera inmediata. Su intención fundamental es establecer una relación social entre un emisor y un receptor. Ellas responden a cabalidad a las reglas de un código determinado, a partir de lo cual, es susceptible la integración y la composición de nuevos mensajes. Ante todo ellas son signos-vehículo para la comunicación y el contacto entre los miembros de una comunidad especifica. Además de desplegar una función social sirven para dar órdenes, insinuar y mantener la relación entre los individuos de una comunidad tal como sucede con las señales de transito, la señalética dentro de un centro comercial, los mapas turísticos cargados de convenciones, las instrucciones de los electrodomésticos, las de lavado, las señales de transito, las señales de información pública, los distintivos de los baños etc. etc.

En general, las señales esconden siempre las intenciones del emisor y conducen más bien a provocar ciertas reacciones en el receptor; de hecho, podría decirse que la intención mas puntual de las señales es la de comunicar un criterio observable y característico que leen los miembros de una comunidad.

Por su parte, las señales indicadoras, corresponden a la categoría de los signos naturales en tanto que no presentan un referente identificable, claro o definido. Este tipo de señales tampoco han resultado del acuerdo entre los miembros de una comunidad. Como ejemplos puntuales tenemos la huella en la arena que queda registrada como rastro del paso de un animal o una persona, la sospecha del ave ante la presencia del gato o el ruido que escuchamos de lejos cuando un vidrio ha sido quebrado son tan solo algunos casos típicos de este tipo de señales. Precisamente, es a esta clase de señales que pertenecen los síntomas o indicios, signos que son independientes de la voluntad del emisor e independientes también de la presencia del receptor. Tanto los síntomas como los indicios están en un ahí y un ahora para que alguien los interprete tal como hace la policía en la escena de un crimen cuando analiza detalladamente la forma en que fue cometido el robo o el crimen o el médico frente al enfermo cuando le palpa algún lugar especifico del cuerpo y posteriormente le pregunta al enfermo si hay dolor o no. A diferencia de lo que ocurre con el signo artificial, los síntomas se caracterizan por carecer de un referente preciso. En razón de ello es que se dice que todo síntoma es un signo, pero no que todo signo es un síntoma: el síntoma es un signo sin interpretante, mientras que el signo es el estimulo “interpretado”. El simple “achaque” es el síntoma de enfermedad que experimenta la persona y que atentamente observa el medico, quien, a su vez, lo interpreta, lo refiere a una realidad precisa y, finalmente lo configura como “signo” especifico de enfermedad.

Por su parte, el marco general de los indicios, éstos se clasifican a su vez en presagios o augurios, los indicios propiamente dichos y las marcas. Para entender mejor esta clasificación detengámonos en cada uno de ellos y en sus respectivos ejemplos:

1. Es presagio o augurio de lluvia la nube negra, así como también lo es el pasar por debajo de una escalera en tanto que dicha acción se asocia con la mala suerte.

2. Es indicio propiamente dicho cuando por ejemplo aparece la fiebre e inmediatamente se deduce que hay una inminente infección en el cuerpo del enfermo o, cuando vemos a lo lejos el humo y deducimos la presencia del fuego.

3. Es huella la impronta que deja el perro que pasa por el cemento fresco en la calle o el lápiz labial que deja la mujer en el cuello de la camisa de su amante.

c. Por su parte las señales mecánicas son signos producidos por cualquier artefacto inventado por el hombre que tienen una finalidad específica por ejemplo la radio o la televisión o los instrumentos que leen los cambios climáticos y también el medidor de nivel de agua que le sirve a Umberto Eco para proponer el ejemplo de cómo se trasmiten las señales en una represa.

Por su parte, los signos convencionales motivados hacen parte de otra clase de signos que permiten recurrir inmediatamente a los caracteres esenciales de su referente. Este es el caso del icono, signo que además, goza de una relación directa entre el referente y lo representado gracias a que éste guarda una analogía casi perfecta originada en su motivación, hecho que facilita una lectura sin tropiezos a la hora de interpretarlo.

En esencia, podemos decir que el icono se basa o, mejor aun, que recurre a la “semejanza” y que, gracias a ella, es posible guardar una relación directa entre el objeto y lo que se quiere que éste llegue a significar, y nos seria equivocado decir que toda signo iconográfico se considera una representación directa de lo real. Una fotografía es un icono, pero también lo es la grabación magnetofonía que hace una persona o un cantante, de igual forma que lo es una maqueta o, los vestidos de papel que la modista hace previamente a la elaboración definitiva del traje etc.

La comunicación por medio de iconos es un medio que le permite al hombre presentar, participar y hacer aparecer el mundo que está más allá. En la vida cotidiana la representación icónica tiene un gran protagonismo ya que a través de ella es que los niños ingresan al mundo concreto. El juego con soldaditos o con muñecas que ellos realizan, las casas en miniatura, las clases actorales, así como también las representaciones bi y tridimensionales de paisajes, bodegones, desnudos, retratos en los que las líneas, los colores o el volumen y la masa hacen parte de esta forma sígnica de “representar” el mundo.

Los Signos Convencionales arbitrarios son signos cuya relación significado- significante no guarda ninguna conexión. La palabra CASA formada por los monemas C/A/S/A no guarda ninguna relación con el significado habitación o “lugar para vivir”, como tampoco lo guarda la palabra PERRO con el canino, cuadrúpedo, vertebrado y mamífero que la mayoría de personas tiene en su hogar. Estos signos tienen el carácter de convencionalidad ya que porque son el resultado de un acuerdo entre los usuarios de una misma lengua cuyo marco contextual está muy bien definido y esto se puede corroborar a través del sencillo ejemplo en el que distintos hablantes llaman a lo mismo de formas distinta tal como sucede con los hablantes del español quienes tácitamente se pusieron de acuerdo para llamar al “hombre” hombre, los del inglés para llamarlo “man”, los del francés “homme” y los del alemán hicieron lo mismo con la palabra “mann” , macho capaz de llevar armas y, con la palabra “mensch” para referirse al hombre generoso de sociedad.

Dentro de este sistema de clasificación de los signos que estamos analizando también están los Signos convencionales artificiales que como su nombre lo indica también resultan del acuerdo convencional entre los hablantes sin que ello implique o postule la existencia de asociaciones naturales entre el signo y la cosa significada. A su vez éstos se clasifican en lógicos, monosémicos y denotativos y, en general, son los signos que se utilizan en las matemáticas, la química, la lógica, las computadoras etc. En este punto es necesario resaltar que gracias al acuerdo convencional que existe alrededor de ellos ha cada uno de estos signos puede llegar a tener otra denominación que es equivalente a través de otros signos u otra clase de signos tal como ocurre en el caso de los signos matemáticos y químicos.

Dentro del contexto social, los signos convencionales artificiales han configurado toda una organización discursiva en un gran metalenguaje, lenguaje creado para hablar de él mismo. Se trata por su puesto de una gran organización discursiva estructurada desde y para un lenguaje netamente artificial con una gramática y lógica precisa.

Entre ellos están Los símbolos que son realidades que permiten autentificar algo, señalar convenciones y redimir posibilidades de significación. Por ejemplo, el pez característico de la figura cristiana sirve para recordar la celebración eucarística y además refiere a la comunidad de amor que existe entre ellos.

También dentro de los signos convencionales arbitrarios encontramos los símbolos que son realidades que reemplazan, representan o denotan otra cosa, no por semejanza como ocurre con el caso del icono sino más bien éstos recurren a la utilización de una vaga sugestión o alguna reacción accidental o convencional que vincula la cosa con su referente signico.

Desde tiempos antiguos el hombre ha utilizado los símbolos cuando ha tratado de representar algo que no puede condensar o expresar mediante los iconos, maquetas o figuras. A través suyo, el hombre siempre ha buscado constituir un objeto concreto que muestre las características dominantes de lo que se quiere representar para que, a través de ellas toda una sociedad pueda percibir en mayor grado el estimulo asociado que evoca la imagen mental de las cosas.

Entre los símbolos figuran los emblemas, los atributos, las insignias y los arquetipos. A continuación nos detendremos brevemente en cada uno de ellos:

En esencia, los emblemas son realidades que representan el pensamiento o la política de una institución, una empresa o una colectividad específica. La esvástica nazi o el buey como emblema de fuerza son solo algunos ejemplos.

Los atributos en cambio son objetos que permiten reconocer un personaje tal como sucede cuando observamos al graduando con su birrete, a Júpiter con su característico rayo, a Batman con su batimovil.

Las insignias por su parte son una especie de atributo que identifica a alguien como miembro de una institución o a alguien que ha sido distinguido con un honor especial. El carné es la insignia del estudiante de colegio o de universidad, así como lo son las prensillas distintivas en el ejército.
Por último están los arquetipos que básicamente son lazos de unión presentes en las conciencias de las personas y que son trasmitidas de generación en generación. Este es el caso del trazado geométrico de la cruz para los cristianos o de los cinturones de monedas que usan las bailarinas de danzas árabes o, el manto que protege la torá en el caso de los judíos.



Taller 4 para traer resuelto a clase: (evaluable).
De ser posible se solicita imprimir este texto.

1. diga qué es significación
2. Qué es signo natural
3. Qué es señal
4. Qué son signos convencionales causados
5. Qué es un indicio
6. Haga un descripción completa de un síntoma
7. Diga q qué corresponde el estado febril de un individuo observado por alguien que no es un medico y diga además a que corresponde el estado febril de un individuo visto por un medico antes del diagnostico y después del diagnostico.
8. Nombre tres clases de signos motivados
9. Defina el concepto de símbolo y de 5 ejemplos
10. En su cuaderno coloque ejemplos gráficos de señales indicadoras, emblemas, atributos, insignias, arquetipos, símbolos, señales indicadoras, iconos, signos convencionales artificiales, indicios.
11. De ejemplos concretos de presagios e indicios.

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