sábado, 20 de octubre de 2007

Clasificación de los grandes grupos del lenguaje.

Augusto Solórzano

Magíster en estética


Así como la mesa y la silla no funcionan por separado lo mismo sucede con las palabras y con las imágenes. Para el lenguaje visual la imagen ocupa el mismo lugar que la palabra ocupa para el lenguaje escrito. El lenguaje visual es por excelencia uno de los lenguajes mas importantes de la contemporaneidad pues él no solo proporciona gran parte del placer que nos atañe en la vida cotidiana, sino que, además, es la base de la comunicación actual. La semiótica y las ciencias de la comunicación en general se han enfocado en tres grandes pilares para desarrollar su campo de acción. De un lado, esta la comunicación verbal, la comunicación escrita y, por ultimo la comunicación visual. Sin embargo, sobre esta clasificación aun no hay un consenso unificado. Muchos autores consideran que estos dos focos de estudio deben extenderse hacia el estudio de los códigos paralingüisticos, las relaciones sociales, los lenguajes de acción, los del saber y, por supuesto lo lenguajes estéticos.

Pierre Guiraud por ejemplo dedica parte de su estudio hacia el análisis de los lenguajes corporales pues considera que en el cuerpo se inscriben signos que a través de movimientos hablan permanentemente de nuestras emociones. Su obra “Los lenguajes del cuerpo[1]” publicada en 1980, condensa un magnifico estudio sobre este tema en particular en el que el lenguaje traspasa las barreras de la imagen y de lo lingüístico. Para Jurij Lotman fiel representante de la escuela rusa de Tartu, el problema del signo y del sistema sígnico gira en torno a la tipología de la cultura anterior al siglo XX, tal como lo expone en su maravilloso texto “Semiótica de la cultura[2]” quien propone definirla como una especie de texto que la memoria puede reconstruir, leer e interpretar.


En este momentos volcaremos la mirada hacia los lenguajes expuestos anteriormente y nos detendremos brevemente en cada uno de ellos iniciando con los lenguajes paralingüisticos.


Lenguajes paralingüisticos:

Se denominan así a todos aquellas expresiones comunicativas que auxilian, fijan o sustituyen de alguna manera al lenguaje verbal. En términos generales éstos se han sido clasificados en alfabetos, lenguajes concomitantes y lenguajes sustitutivos. Veámoslos detalladamente.

Los alfabetos:













De este grupo hacen parte el famoso código morse creado en 1835 que sirvió de base al telégrafo y que aparece en la imagen de la izquierda, el braille que es un sistema de lectura y escritura táctil pensado para personas ciegas, inventado por el francés Louis Braille a mediados del siglo XIX, quien debido a un accidente durante su niñez mientras jugaba en el taller de su padre quedo ciego, los signos taquigraficos, que dieron origen a la taquidactilografía, un moderno sistema de escritura veloz, que puede ser empleado en cualquier máquina de escribir con teclado universal, los criptogramas (escritura oculta) cuyo significado resulta ininteligible hasta que no es descifrado y los códigos cifrados que de cierta manera se encuentran muy cercanos a los criptogramas y cuya finalidad es en primer lugar, garantizar el secreto en la comunicación entre dos entidades (personas, organizaciones, etc.) y, además, asegurar que la información que se envía es auténtica en un doble sentido: que el remitente sea realmente quien dice ser y que el contenido del mensaje enviado, habitualmente denominado criptograma, no haya sido modificado en su tránsito.


También aquí encontramos las señales de los marineros que a lo largo del tiempo han dado paso a la creación de un Código Internacional de Señales que ha sido adoptado por todas las naciones marítimas y en el cual cada letra o grupo de letras, representadas por banderas, tiene un significado particular. Dicho código consta de veintiséis banderas alfabéticas, diez gallardetes numéricos, tres gallardetes repetidores y un gallardete característico, así como también de de señales luminosas o por radiotelefonía.

Tal como podemos ver, todos estos alfabetos se inscriben dentro de parámetros específicos de codificación sin los cuales es imposible transmitir o entender los mensajes propiamente dichos. De alguna manera se trata de lenguajes que recodifican servilmente las expresiones lingüísticas haciendo uso de códigos precisos, por lo que no seria equivocado asegurar que éstos son una especie de prolongación del lenguaje verbal que reemplaza la porción verbal y auditiva y se localiza en otros sentidos tales como la vista (en el caso especifico de las señales de los marineros en las que cada bandera representa una letra del alfabeto internacional[3], así como los números del 1 al 0) o, el tacto en el caso del alfabeto Braille.

Los lenguajes concomitantes.

Son lenguajes que, por una parte están estrechamente ligados a las expresiones lingüísticas y, por otra pueden desconocerlas por completo. En el primer caso, el kinésico, los lenguajes concomitantes se hacen presentes cada vez que haya por parte de alguien una elevación, una inflexión o una mayor o menor intensidad de la voz. En este caso, ellos atenúan o fortalecen la expresión lingüística, es decir, la acompañan a través de las modulaciones y variaciones de la voz con el fin de acentuar el mensaje. En el segundo caso, el proxémico, el lenguaje se hace presente a través de las distancias que establecen los distintos agentes que participan en el proceso comunicativo.

Los lenguajes sustitutivos

Son los que permiten que pueda establecerse un mínimo de comunicación entre miembros de distintas lenguas vocales. Entre ellos se incluyen ideogramas, jeroglíficos, pictogramas, gestos, señales de humo etc. Como constante de este tipo podemos decir que ellos reemplazan las expresiones lingüísticas sin necesidad de llegar a transcribir literalmente las cadenas sonoras. A diferencia con los alfabetos que no cambian sino la sustancia de la expresión éstos sustituyen tanto la forma como la sustancia misma. De igual forma que un gestogramas tales como el bostezar y desperezarse significa que hemos entrado en una fase de cansancio extremo o, como el señalar con el dedo corazón hacia arriba significa mandar a alguien al carajo, ocurre lo mismo con los pictogramas que pueden condensar en muy pocos trazos el contenido total de una frase en tanto que el significante se ha elaborado con total independencia de las palabras.

Lenguajes de las relaciones sociales.

El lenguaje de las prácticas o relaciones sociales hace relación a la manera en que a través del tiempo la sociedad ha desarrollado un complejo sistema que determina la vida cotidiana de los individuos que a ella pertenecen. Acciones tales como la defensa, la procreación, la producción de bienes y servicios, la información, las determinaciones que la técnica y el pensamiento científico a diario nos imponen etc. son tan solo algunos de los tópicos a los que éste hace referencia. En esencia, este lenguaje convierte al hombre y sus relaciones sociales en su foco de interés, en tanto que éste es convertido sincrónicamente en vehículo y en substancia del signo mismo. En otras palabras, es visto simultáneamente en significante y en significado. Eduard Leach autor del famoso texto “Cultura y comunicación, la lógica de la conexión de los símbolos[4] se indaga por la conmoción social que tiene un sencillo regalo y sobre ello acota: cuando alguien le da un regalo a otro, éste último sentirá que está en deuda de retribuirlo; en términos económicos esto significa adquirir una deuda, pero en términos de comunicación se presenta un caso totalmente distinto en tanto que la deuda se vislumbra como una necesidad de retribuirle algo al otro y ya depende de cada quien si dicha retribución se aumenta, se disminuye o se mantiene dentro de los parámetros de la igualdad tal como sucede cuando alguien ofrece a otro una cerveza y éste le invita amablemente pagar la siguiente ronda.

Los lenguajes sociales propician poder conocer la identidad de los miembros de una comunidad y las categorías que ellos a lo largo del tiempo han establecido. También aquí se presenta una clasificación determinante así:

El lenguaje identificatorio: que como su nombre lo indica y permite determinar niveles, estratos, rangos, posiciones, niveles académicos, niveles jerárquicos etc. Siempre que hacemos referencias a trazados de barrio, insignias militares, tipos de peinado, tipos de maquillaje, formas del vestir, estilos arquitectónicos, condecoraciones etc. tácitamente estamos haciendo uso de este tipo de lenguaje.

Como una deriva del anterior está el lenguaje de la cortesía que sencillamente radica en la disposición permanente de una serie de signos que indican el tipo de relación que establece un determinado emisor y un determinado receptor. A él conciernen las demostraciones o actos con que se manifiesta la atención, respeto o afecto que tiene una persona a otra". Aunque en la mayoría de los casos, la cortesía comienza y termina en simples palabras este lenguaje estudia también los gestos, los saludos cotidianos, los tratamientos (señor, señora, señorita), el modo de solicitar las cosas (¡por favor!), el dar (¿o pedir?) disculpas, la mención de ambos sexos... que son componentes comunes de la cortesía y el lenguaje. Dentro de este tipo de lenguaje social se inscriben a su vez los protocolos que describen el conjunto de conductas y normas a conocer, respetar y cumplir no sólo en el medio oficial ya establecido, sino también en el medio social, laboral, académico, político, cultural y militar. El protocolo busca ante todo cuidar los aspectos más variados y sensibles relacionados con el trato y precedencia de los personajes con la jerarquía a la que éstos pertenecen, en pocas palabras podemos decir que un protocolo es una regla ceremonial diplomática o palatina establecida por decreto o por costumbre.

De otro lado también están los ritos o actos religiosos o ceremoniales que se repiten invariablemente, con arreglo a unas normas estrictas. En cierta forma ellos son las celebraciones o actualizaciones permanentes de de los mitos, por lo que no pueden vérseles. Dado su carácter simbólico, su forma de expresión puede consistir en fiestas y ceremonias, de caracteres más o menos solemnes o paganos, según lo determinen las pautas tradicionales. Tanto los ritos como las fiestas tienen un carácter vinculante y tradicional y dan cuenta de la manera en que las personas de una comunidad establecen los distintos lazos de solidaridad, responsabilidad y de unión con el colectivo social.

También las modas que son manifestaciones culturales capaces de expresar el espíritu del tiempo y que, además, es uno de los indicios más inmediatos de los cambios sociales, políticos, económicos y culturales. Por último encontramos los juegos, parte fundamental de la cultura que permite al actor social romper con su tiempo de uso o tiempo productivo y asumir papeles que le serian negados en otras circunstancias. Desde tiempos antiguos los juegos se clasifican en juegos de azar, de riesgo y de competencia y, alrededor de ellos es que el niño ingresa al mundo adulto. Por último están los espectáculos cuya etimología se remite al latín –espectaculum y su significado hace referencia a cualquier acción que se ejecuta en público para divertir o recrear. De cierta manera la palabra espectáculo está emparentada con la palabra griega theoreinmirar, contemplar, inspeccionar- del que proviene nuestra palabra espectador, observador. Hoy en día este tipo de lenguaje se ha convertido en un rasgo distintivo y exclusivo de la cultura en general, en tanto que todas las manifestaciones, experiencias, fenómenos o acontecimientos solo existen si son espectacularizados, convertidos en show, ofrecidos para ser vistos. DE hecho no es equivocado decir que es el lenguaje imperante de la posmodernidad en el que toda experiencia humana (sin importar si es la guerra, el crimen, la corrupción, los desastres o los triunfos) es susceptible de ser transformada en espectáculo

Antes de abandonar este tópico, vale decir que a través de los protocolos es que interpretamos el rol que ocupamos en la sociedad, que los ritos y fiestas hacen las veces de espejos que nos permiten conocer cómo esta constituido el cuerpo social y que los juegos son proyecciones de un mundo en el que nos gustaría habitar.

Lenguajes de acción.

Un lenguaje de acción es básicamente un conjunto de signos dispuestos para el accionar práctico de la acciones que se llevan a cabo en el día a día tales como las señales de transito (bien sean éstas terrestres, marítimas o aéreas), los timbres, las señales de aviso, las campanas, carteles de advertencia, toque de diana en el ejercito, sirenas, alarmas, señales a las que recurren los exploradores, etc. cuya misión es la de regular, informar, advertir, normalizar y, en general, llevar y promover la interacción al interior de la sociedad.. Dentro de este lenguaje también se inscriben los llamados programas que sin importar si son de trabajo, formación, aprendizaje, operación o funcionamiento facilitan la interacción entre las personas, así como también las acciones e interacciones que éstas llevan a cabo con los objetos, tal como ocurre con los programas de computadora que se basan en equipamientos lógico o soportes lógicos para llevar a cabo una serie de procedimientos necesarios que, en conjunto posibilitan la realización de tareas específicas. Para que exista un correcto funcionamiento de los programas se dispone de una serie de instrucciones, advertencias, imperativos, ordenes precisas y consignas que, combinadas dan cuenta de múltiples recursos significantes materializados en colores, formas, iconos y diagramas. Es muy frecuente que al comprar los electrodomésticos para la casa, cada uno de nosotros haya tenido que enfrentar la experiencia de “interpretar” ese sinnúmero de acciones complejas del programa de funcionamiento que vienen impresas en un plegable escrito en varios idiomas. Las instrucciones que allí se disponen dan cuenta de cómo al seguir progresivamente una serie de operaciones lógicas es posible alcanzar un resultado previsto en la fase de diseño. También los organigramas de las empresas, los esquemas a los que recurrimos para condensar ideas, los mapas mentales y los fluxogramas, hacen parte de este tipo de lenguaje. En los últimos años la industria en general ha hecho uso extensivo de él y lo ha materializado dentro de los procesos de automatización que son regulados por tarjetas perforadas o sofwares específicos que se agregan a las maquinas para que éstas realicen operaciones en serie.




El conjunto de operaciones que para funcionar requieren de una serie de botones que accionan un sinnúmero de operaciones programadas previamente, corresponde a un lenguaje de acción.

Tal vez como ningún otro lenguaje de acción, han sido los sistemas de señalización de carretera los que han despertado un mayor interés para los semiólogos en la actualidad. La necesidad de regular comportamientos, dar informaciones precisas y determinar una lectura inmediata y fácil todos en cada uno de los componentes sígnicos de las señales dispuestas a lo largo de los caminos ha implicado grandes estudios para que éstas lleguen a tener el nivel de efectividad y ordenación que se requiere en la vida diaria. Dentro de este macrolenguaje vale señalar que existen cinco categorías semánticas (el stop, prohibición, obligación, estacionamiento y peligro), señales de luces (rojo, amarillo y verde), luces intermitentes (dirección, freno, direccionales) franjas de colores en las vías y uniformes, brazaletes y distintivos para quienes regulan el trafico. Dado su carácter monosémico los mensajes que emite cada señal de las aquí mencionadas hacen que ésta tenga un carácter explicito que se aplica universalmente, jarcias al carácter convencional que sobre ellas se ha desplegado.

Lenguajes Estéticos:

Para el diseñador gráfico, el lenguaje estético representa la base para edificar los mensajes propiamente dichos de la comunicación visual. Todo mensaje cuyos semas logren liberarse fácilmente de una convención fija y estricta, se inscribe aquí. Se trata de una forma de la comunicación que estimula la sensibilidad entre quien produce el mensaje y quien lo recibe. Una pintura, un grabado, una canción, un relato, una película de cine y, por supuesto, algunas piezas gráficas que, sin perder de vista su carácter comunicativo, integran significado-significante y referente en una triada es posible romper hacen parte de los llamados lenguajes estéticos. Aquí, el significante no tiene equivalencias específicas con el significado y este último no puede separarse tampoco del primero. Tanto referente como significante y significado hacen parte de lo mismo, bien sea esto una canción, una pintura una escultura o una pieza gráfica. En el siguiente cuadro es posible ver la diferencia entre el signo no estético y el signo estético.


En el signo estético el significante está envuelto por una especie de ropaje que hace que éste no trascienda hacia otros significados como sí ocurre con los demás signos. A diferencia de lo que sucede con la señal o el signo monosémico de “PARE” (cuyo color rojo con letras blancas ubicado en una esquina que hace que nos detengamos el vehículo que conducimos de forma inmediata), el signo estético posee la característica de ser “ultrarreminicente”, término que en esencia hace referencia a la manera en que los significantes de un determinado signo no se asocian a un solo significado preciso sino que, su primer y aparente significado obvio nos remita a capas semánticas más ocultas casi de forma infinita, tal como sucede cuando cortamos las capas de una cebolla.



Por ejemplo en la pintura que Picasso hace del Guernica, no solo aparece registrado un sinnúmero de formas entremezcladas que nos remiten a una escena confusa. En sí mismo, todos y cada uno de los significantes del cuadro remiten a un innumerable número de significados que entremezclados expanden el universo del sentido de la obra como tal. El toro, el caballo, la madre que llora al hijo, la vela, el sol etc. son la materialización grafica en la que se simboliza una escena dantesca, tal como lo fue el bombardeo a la ciudad de Guernica que hicieron los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Si una persona no intenta “cortas la cebolla”, descubrir parte de la infinitud de sentidos que allí se esconden, sencillamente vera un cuadro blanco y negro de gran tamaño con una cantidad de figuras entrelazadas. Lo mismo ocurre con gran parte de la producción gráfica contemporánea que el público no logra comprender a cabalidad. Dentro del mismo cuadro cada uno de sus significados se convierte en nuevos significantes de un nuevo significado que, dentro del mismo tema crea una semiosis ilimitada alrededor del significante fundante.

Lenguajes del saber.

Como su nombre lo indica estos lenguajes tienen la función esencial de dar cuenta de cómo nos relacionamos con los elementos del mundo objetivo. De cierta manera ellos se oponen a los lenguajes estéticos que apuntan como ya vimos hacia las expresiones de la sensibilidad. Por lo general siempre conducen hacia lo real y convierten a ésta en su única finalidad, así como también hacia el orden y el rigor que impone la ciencia, un campo del saber que nos permite encerrar la razón a través de una rejilla.

Para ser participe de un discurso de la ciencia, es necesario conocer casi en su totalidad el corpus sígnico que la constituye, es decir, conocer su semántica, su sintaxis y su pragmática, pues de lo contrario nos es imposible ligar los significantes con sus significados. El discurso de un químico, un físico, un biólogo o un matemático siempre se desarrolla en el marco de la función objetiva que intenta a toda costa clasificar, calcular y establecer taxonomias precisas que ayuden a entender mejor un fenómeno determinado.

Como características de los códigos científicos podemos decir las siguientes:

  1. por lo general cada ciencia tiene un sistema de notación ideogramática de uso internacional que la representa, tal como sucede con los símbolos químicos y los de las matemáticas.
  2. Cada ciencia hace uso de códigos figurativos, esto es formulas sobre las que se estructura su lenguaje.
  3. Hacen uso exclusivo de la denotación.
  4. Su transcripción esta acompañada de sistemas de representación figurada tales como triángulos, funciones, árboles taxonómicos etc.
  5. Son estrictamente convencionales
  6. Eliminan toda analogía sustancial entre significante y significado de tal forma que impera un alto nivel de arbitrariedad.

A manera de resumen de este capitulo quiero traer a colación el cuadro en el que P. Guiraud condensa todos estos factores.



[1] Pierre Guiraud El lenguaje del cuerpo” Ed. Fondo de cultura Económica 1México México 1890

[2] Jurij Lotean “Semiótica de la cultura” Ed. Cátedra Madrid España 1979.

[3] Cuando un barco necesita transmitir un mensaje consistente en una o varias palabras, o números, iza en el mástil delantero las banderas que representan las letras y números del mensaje, alineadas de arriba hacia abajo. Si el mensaje es más largo, se repetirá la operación con nuevas banderas.

También se utilizan las banderas individualmente o en combinaciones de dos, en cuyo caso tienen un significado determinado según un código internacionalmente vigente. Desde que existe la radio, el uso de las banderas de señales para transmitir mensajes ha disminuido notablemente.

Sin embargo, se siguen utilizando de forma generalizada las banderas individuales o en combinaciones de dos, para señalizar un aviso determinado.

[4] Eduard Leach “Cultura y comunicación, la lógica de la conexión de los símbolos” Ed. Siglo veintiuno Madrid España 1985.

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